Cerca de la localidad vizcaina de Kortezubi y dentro de la Reserva de la Biosfera de Urbaibai, se encuentra el bosque pintado o bosque de Oma, una obra del pintor escultor Agustín Ibarrola realizada pintando en los troncos de los árboles, principalmente pinos, figuras humanas , animales y geométricas, algunas de los cuales solo se hacen visibles desde posiciones determinadas, en las que las imagenes de distintos troncos forman una imagen conjunta, mostrando la armonía entre la naturaleza y la presencia humana.
Sin duda es una obra muy original y diferente al cual se le añade un bello paseo por la naturaleza
Ibarrola comenzó a pintar en 1983 sobre los troncos de más de 500 pinos en el bosque de Oma. Acabó la obra, internacionalmente conocida, en 1991.
Según Ibarrola, el bosque pintado invita a cada persona a recomponer las imágenes señaladas y las que surgen de su imaginación, así como a añadir sus propias motivaciones históricas, mitológicas o sus estados de ánimo, en un lugar muy cercano a las cuevas de Santimamiñe, que guardan valiosas pinturas prehistóricas. El bosque dispone de una señalización que permite a los visitantes captar el mensaje que el artista vasco transmite utilizando como soporte la corteza de los árboles.
Para llegar hay que dejar el coche aparcado en el aparcamiento contiguo al caserío-restaurante Lezika. A partir de este punto un camino bastante empinado sigue a pie durante unos 2-3 km aproximadamente hasta llegar al bosque; (unos 40 minutos aproximadamente) y despues de la caminata y de la apasionante busqueda de las flechas que indica el enfoque correcto, que como setas aparecen entre la hojarasca seca, que mejor que reponer fuerzas con un bocadillo en este caso de "giarra" (lease Guiarra) palabra del euskera que denomina al filete de jamon fresco de cerdo, que se albarda, sease se salpimienta se pasa primero por harina y después por huevo y se frie en abundante aceite. Entre pan y pan queda muy jugoso.
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